sábado, 8 de septiembre de 2012

Es.


Es sencillo y fácil divagar por la mente, es complicado crear algo que agrade a mis manos que recorren el teclado del ordenador sin un rumbo aparente. Divagar. Es una palabra que supongo tiene mucha más importancia de la que muchos creemos. La podemos aplicar en muchas situaciones, quizá, demasiadas… Divagar entre amistades, divagar entre palabras que creemos llenas de significado y aún así vacías de significante, divagar entre segundos, minutos que creamos para nosotros, tiempo que llenamos de lo que sea con tal de creer que lo aprovechamos. La utilidad del tiempo no es un cubo que se pueda llenar pero así lo tratamos. Llenamos este tiempo imaginario de situaciones, pensamientos, acciones… de lo que sea! Y así, cuando haya pasado no tengamos la necesidad de mirar hacia atrás y lamentarnos de lo que hemos perdido… lo perdemos igual, pues entre tanto derroche de situaciones, acciones, entre este trastero de invención humana para tapar el tiempo, hay un reloj que suena al compás de nuestra vida que mueve sus agujas con cada parpadeo y cada latido. Para aprovechar el tiempo no hay fórmula secreta, y si la hubiere, yo no la sé. Hay quien lo aprovecha leyendo un libro, quién lo aprovecha cantando y bailando a solas en su habitación con la música bien alta, quién lo aprovecha tomando una cerveza con sus amigos o quién lo hace durmiendo. Aprovechar el tiempo, al menos para mí, no es acabar el día y recordar que no has parado en todo el día. Aprovecharlo de verdad quizá sea más una sensación de que las pocas o las muchas cosas que has hecho durante un tiempo determinado las has hecho a conciencia, disfrutando y enriqueciéndote de lo que hacías.

viernes, 31 de agosto de 2012

Y si pides perdón que no sea por amar



No pidas perdón por amar. ¿No es justo? No, quizá no pero que es la justicia sino un espejismo de lo que debería ser. Todos sabemos que lo normal no es lo común, así pues ¿para que descoser este espejismo si ya sabemos que detrás no hay nada? Sabes lo que es la justicia y no. Sabes lo que es el amor y no. Este texto des de su principio es indecente. Esta carente de criterio. Su falta de sentimiento es lo que hace de él un texto injusto e irracional. Hablo de la justicia en el sentimiento, no de los sentimientos que nos da la justicia, o más bien la falta de ella. ¿Para qué llorar? ¿Qué más da? Sí, te lo pregunto a ti estúpida sombra de esto a lo que llamo razón! Ah ¿que no tienes respuesta para ello? A veces, muchas veces de hecho, no eres capaz de dar cobijo a los que necesitamos un poco de tu anhelado aire. Quizá es que nos han vendido un retrato de la realidad que no es cierto. Quizá no estamos hechos para ser justos y por eso ahogamos los pensamientos entre los sentimientos. Llorar como vía de escape, gritar para encontrar ese pequeño lugar mejor en un mundo hostil. Y aún así tú no eres capaz de cobijar a quién llora o grita de injusticia porque sabes que si lo haces serás traicionera… razón eres efímera y no puedes asegurar nada hoy por hoy. Cómo todo, no es justo, pero amar por amar es peor y es un mero insulto a la propia palabra. Así que no pidas perdón por amar que mientras no sea doble no habrá falta de justicia y al fin y al cabo siempre me quedará la razón para aguantar la vela de la realidad que a estas horas de la noche mejor que se apague. Repito, no pidas perdón y si lo haces que no sea por amar. 

Tic Tac...


Aquí estoy. Sentado sobre mí mismo notando cómo el presente se sienta encima de mí. Rascándome la espalda para quitarme las ataduras del pasado y mirando a ciegas hacia delante, intentando descubrir lo que hay ahí, en el futuro. Siempre con prisas! Porqué corro? No hay nada que pensar en realidad. Simplemente escribo porque me apetece. Futuro no te veo, pero pasado a ti ya te vi. Creo que estuvimos a gusto. Todo va a épocas como siempre. Te quedaste cosas muy valiosas y aún así me regalaste otras. Los recuerdos no son tuyos, sino míos, y a día de hoy el presente me los guarda en su pequeño reloj de arena colgado de mi pecho. Un corazón, una bomba que empuja los sueños hacia delante, haciendo circular los recuerdos hacia el presente.
Presente a ti no te conozco, ni te conoceré, pues para cuando quiera, habrás desaparecido y cambiado tu identidad a pasado. Presente no eres nada y lo eres todo, pues tú, a pesar de que el futuro y el pasado son necesarios para vivir, eres vida.

Nonsense for something meaningful


Si, para variar no sé de qué hablaré y mucho menos puedo predecir cómo terminaré. A veces me pregunto sobre las vueltas que da la vida mientras escribimos. Comienzas a escribir y te das cuenta de que cuando llegas a la mitad de lo que podría ser un pequeño relato o un gran desastre escrito, las cosas a tu alrededor han cambiado. Algunas de forma impredecible, otras de forma drástica. Respiramos, hablamos, miramos... Sí, todo aparentemente sigue igual y a pesar de eso, te das cuenta de lo mucho que han cambiado las cosas.
Como ya he dicho, nunca sé dónde me llevará aquello que escribo. Me gusta imaginarme la escritura como una herramienta que me abre las puertas a un mundo al que no siempre tenemos libre acceso. La escritura es una idea en sí, un recopilatorio de conceptos a veces imaginarios, a los que muchas veces no damos la libertad que ella, como idea que es, requiere. Muchos queremos construir una idea previamente establecida en nuestra mente, queremos controlarla y por eso procuramos arrojar las riendas de la racionalidad a esta nueva idea, para así llevarla por el sendero que hemos escogido previamente, dándole el poder del raciocinio, pero privándole de la posibilidad de sentir por si misma, de enseñarnos hasta dónde puede llegar esta idea.
No sé porque escribo esto ni si lo que he hecho es permitir a esta idea alojarse con comodidad en este texto, pero algo ha cambiado a mi alrededor y prefiero dejar de escribir, pues llegados a este punto ya  se ha conseguido lo que en un principio se quería, escribir sobre nada para acabar teniendo una simple idea, una simple idea que no es más que un cambio a mi alrededor.

jueves, 23 de agosto de 2012

Para borrar las listas el silencio sirve


Y si uno piensa y escribe y relata y cuenta y ve y escucha y nota y siente y se representa a sí mismo y se ama y ama y se enfada y enfada y crea y cree y… y si uno hace todo eso y más y borra de su vida la conjunción que  le da a una lista una coherencia. Y si uno hace eso y más y lo olvida, lo repite, lo repite hasta vomitar pero sin embargo lo rechaza… si uno hace todo eso y más es que no piensa, ni escribe ni relata ni cuenta ni ve ni escucha ni nota ni siente ni se representa a sí mismo ni se ama ni ama ni se enfada ni crea ni cree porque nunca va a borrar lo que da coherencia a una lista, simplemente lo sustituye y si piensa que no, que lo pruebe, el silencio sirve. Cuando se da cuenta ya es demasiado tarde para sentir. 

miércoles, 22 de agosto de 2012

Noches con chopin...


Por qué vas tan lento. Tocas cómo si el último suspiro te fuera en ello. Con cuidado. Tan meticulosas son tus manos que apenas puedo hacer que tu recuerdo no sea más que un vago rumor. ¿Y por qué? Porqué el dudar no es sino el que te permite saber si serás o no serás lo que me estás diciendo. Pero te pregunto de nuevo: ¿por qué? No sabes nada ¿verdad? Bueno pregúntaselo al que te ha estado escuchando toda la noche… aunque él sabrá menos que tu. Se lo he visto en la cara. Te escucha vacío. Sí, lo sé. Así que ¿por qué? ¿Y ahora te enfadas? De repente tu música se he vuelto contra mí y sé el por qué! No. No te lo diré. Te destruiría. Si… hazlo temprano. Remátame con estos dedos de pianista que apuñalan estas teclas con furia. Te has calmado. Mejor. Vamos a hablar las cosas tranquilamente. Y empiezas de nuevo. Eres como el mar… nunca sabes en qué momento una ola te tirara de nuevo, quizá hasta te ahogues por un momento. Pero dime ¿por qué? No lo sabes… yo tampoco pero no me hace falta saberlo para creerte cuando me dices que del amor al odio hay un paso y para admirarte cuando me dices que de la perfección a lo que escucho no hay más que el suspiro del agua del mar que un día me tragué pensando en ti. Ya sabes el por qué! Sí, pero no me lo dirás verdad?